Ser Kanye West significa estar siempre en el ojo del huracán. Su ego, su visión inquebrantable y su incapacidad para callarse han creado algunos de los momentos más controversiales de la cultura pop.
El episodio con Taylor Swift en los VMA 2009 es historia:
Kanye interrumpiendo su discurso con el infame “I’ma let you finish…”. Aunque en su momento fue duramente criticado, con el tiempo se convirtió en uno de los momentos más icónicos de la televisión.
Luego vinieron sus comentarios políticos y su relación con Trump. Muchos fans sintieron que había traicionado su legado, pero otros lo vieron como una estrategia para desafiar las normas. Kanye siempre ha jugado con la provocación y el shock, y esta fue una de sus jugadas más arriesgadas.
También está su eterna batalla con la industria musical. Desde denunciar a los Grammy hasta exponer los contratos abusivos en la industria, Kanye nunca ha tenido miedo de desafiar al sistema. Su enfrentamiento con Adidas y la caída de Yeezy son prueba de ello.
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