No hay artista de la nueva generación que no haya sido influenciado por Kanye. Travis Scott, Playboi Carti, Lil Uzi Vert, Tyler The Creator… todos tienen algo de Kanye en su ADN.
Yeezus (2013) fue un parteaguas. Su minimalismo agresivo, su fusión con la electrónica industrial y su actitud desafiante marcaron un antes y un después. Si escuchas Whole Lotta Red de Playboi Carti, hay ecos de Yeezus en cada track.
Luego vino The Life of Pablo (2016), un álbum caótico, sin estructura fija, pero lleno de momentos brillantes (Ultralight Beam, Father Stretch My Hands Pt. 1, Famous). Con este disco, Kanye demostró que la música podía ser un arte en constante evolución, incluso después del lanzamiento.
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